TERUEL
La ciudad de Teruel ocupa una aislada meseta elevada y delimitada por laderas relativamente escarpadas, a la cual se asciende por pronunciadas rampas, hoy carreteras, y puentes de los últimos tiempos, sin faltar el celebre Acueducto de los Arcos del siglo XVI.
Bordeada por el rio Turia, deja ver por cualquiera de sus frentes un paisaje acorde con su personalidad, variada y peculiar.
Aun cuando los orígenes del poblamiento de las vegas turolenses se remontan a época prerromana, las primeras referencias a Teruel se encuentran en las crónicas musulmanas de época califal, cuya denominación en aquel momento era Tirwal.
La fundación de la ciudad fue en el verano de 1171, con el fin de organizar las fronteras en torno al reino de Aragón.
También los siglos XVII y XVIII dejarón una profunda huella en Teruel. A las importantes remodelaciones urbanisticas, le acompaña la renovación de todos los edificios religiosos y la construcción de numerosos palacios. Un hito que marcará el inicio de este periodo será la expulsión de los moriscos en el año 1610.
La arquitectura modernista va a marcar de una forma muy especial la fisonomía que nos acerca hasta el Teruel de hoy.
Todas estas manifestaciones históricas y la situación geográfica en que se encuentra enclavada van a delimitar el casco antiguo, que será el corazón de la vida de la ciudad incluso en nuestros días.