MORA DE RUBIELOS
Importante municipio turolense y capital de la comarca de Gúdar-Javalambre. Se halla en pleno corazón de la misma entre la Sierra de Javalambre al sur, y la Sierra de Gúdar, al norte.
Su historia mejor documentada se remonta al siglo XII cuando fue conquistada por Alfonso II en 1171. Es probable que existiera un asentamiento ibérico y posteriormente una fortaleza musulmana de la que no nos ha llegado resto alguno.
Mora de Rubielos cuenta con una exquisita gastronomía encabezada por la producción de jamones bajo la Denominación de Origen Jamón de Teruel.
La localidad se encuentra perfectamente comunicada hacia todas las direcciones, siendo quizá el norte la zona más cercana en la que encontraremos una mayor proximidad. Cabra de Mora, Alcalá de la Selva o El Castellar se presentan como algunos de los principales destinos en los que empaparnos de todo el pintoresco carácter de esta área septentrional de la comarca.
La villa fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1978, y se encuentra dentro de la ruta del mudéjar en Aragón.
Entre está evidente riqueza patrimonial, encontramos monumentos como:
Siguiendo la calle de Las Cruces, se inicia en un arco de medio punto rematado por tres pináculos, construido en 1801, Es de sillería, al igual que los pilones que marcan las estaciones. Termina en un arco similar, junto a la ermita de La Dolorosa, s. XVII.
En la plaza de la Villa, se encuentra el ayuntamiento, edificio del s. XVII, edificación simétrica de imponente sillería y parca en elementos ornamentales. Reflejo del declinar del poder señorial y eclesiástico frente a la oligarquía concejil.
Fachada de 1750. Destacan la forja, el alero curvo, y el juego volumétrico. Tiene una capilla de planta poligonal adosada al conjunto.
Auténtica mole de piedra, dominadora de la villa, se alza directamente sobre una plataforma rocosa. De sorprendente magnitud destaca el edificio tanto en superficie cuanto en espesor de los muros, lo que entroncaría con el carácter macizo y sobrio del gótico mediterráneo, el cual no se concibió exclusivamente con una finalidad castrense, sino también residencial, que combina elementos diversos: algunos típicos de la arquitectura castrense (torreones, saeteras, troneras, matacán, adarve, etc.) y otros de raigambre palaciega y señorial, como la disposición de las diversas estancias en torno a un patio central. Pese a la carencia de documentación, puede establecerse una cronología para el castillo, que parte del último tercio del siglo XIV, prolongándose hasta la primera mitad del siglo XV.
El castillo fue habitado por los Fernández de Heredia hasta el año 1.614, momento en que lo cedieron a los monjes franciscanos; éstos permanecieron allí hasta la exclaustración de Mendizábal (1.835). Con ello se inició el largo proceso de cambios y transformaciones que sufrirá el edificio hasta bien entrado el siglo XX.
Debe destacarse la importancia del castillo de Mora de Rubielos en relación con los de la zona mediterránea, con los que puede competir: Bellver, Perpignan, Castel Nuovo y Avignon. La relación con éste último se explica por los contactos de Juan Fernández de Heredia (I), Gran Maestre de Rodas y fundador de la dinastía, con la corte papal de Avignon. En la actualidad, se está intentando que éste cobre vida.
Se ha instalado un Museo Etnológico y una Biblioteca en temas especializados (Castellología, Etnología, Antropología, Poliorcética) y en verano es sede del Festival «Puerta al Mediterráneo». Otras funciones más (Parador u Hospedería), aunque de momento, sólo en teoría, se tienen reservadas para este grandioso edificio de la arquitectura militar y palaciega de fines de siglo XIV.
Reúne el mejor repertorio de casonas hidalgas adineradas. Destacando el caserón de los Cortel de la Fuen del olmo que reformado 1751, data del s. XV. Resalta de él la fachada de sillería y la forja de ventanas y balcones.
Ermita de Loreto. Construcción de 1.547, reformada en 1.798. Es de una sola nave con dos tramos, cabecera semicircular (conchiforme) y cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. Como materiales se utiliza la piedra sillar y la mampostería. Presenta atrio de piedra cubierto con tejado a dos aguas, y se adosa a la ermita de San Roque. Ermita de San Roque (a la derecha). Data del siglo XVII. Al igual que la anterior es de una sola nave en piedra sillar y mampuesto. Se cubre con bóveda de medio cañón y la cabecera es conchiforme.
Ermita de la Soledad (a la izquierda). Construida con los mismos materiales que las anteriores, también de nave única y cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. Para el crucero se utiliza la cúpula sobre pechinas, decoradas con esgrafiados de estuco. Tiene atrio, y las puertas, abiertas en los laterales son de tipo conopial.
Ermita de la Dolorosa. Su cronología es dudosa pero parece ser que puede ser obra del siglo XVIII, si bien se reformó en 1.969, perdiendo su estructura original. Es de planta rectangular y cubierta con bóveda vacía. A diferencia de las anteriores, cuenta con un óculo sobre la puerta de acceso y con una espadaña.
Ermita de San Miguel (centro). Edificio del siglo XVIII, de mampostería y piedra sillar para resalte de las esquinas. Tiene planta de cruz latina que cubre con bóveda de medio cañón la nave y los brazos del crucero, y con cúpula sobre pequeño tambor el crucero. Al exterior destacan las tejas de cerámica azul (cúpula), los aleros de ladrillo decorados con dientes de sierra y la puerta adintelada despiazada en dovelas. Su reconstrucción data de 1.978.
Posiblemente de siglo XIV, en 1.454, el arzobispo de Zaragoza, Dalmau de Mur, a instancias del señor de Mora – Juan Fernández de Heredia (VII) – eleva el templo a la categoría de Colegiata. Se trata de una obra gótica construida a base de piedra sillar. El amplio espacio interior, dividido en cinco tramos, se cubre con bóveda de crucería simple, al igual que las capillas laterales, excepto la del Sagrario (siglo XVII), que se dispone en el lado del Evangelio, próxima al coro.
A los pies del templo se dispone el coro, ligeramente posterior; en él, aparecen ventanas semicirculares y la bóveda de crucería estrellada (siglo XVI). La reja de forja, también del siglo XVI, es su elemento más valioso. La anchura de la nave – 19 m – sólo es superada dentro del gótico hispánico por la catedral de Gerona.
El claustro, pese a que puede parecer posterior, se halla dentro de la tradición gótica. En 1.851, la iglesia pierde su condición de Colegiata, y tras la última guerra civil, terminará en un estado ruinoso. Con todo, su valor artístico es indudable, y en 1.944 se declara Monumento Nacional.
La Ex colegiata de Santa María de Mora de Rubielos es una obra gótica que participa de las características del gótico levantino por su racionalidad constructiva, adaptación al medio, predominio de las masas arquitectónicas (gruesos contrafuertes) y de los volúmenes prismados frente a la menor importancia de la decoración esculpida.
Sus altos baluartes y la muralla, parcialmente tallada en la cantera.
Son el mejor exponente del segundo recinto fortificado.
Construido en el último tercio del siglo XIV, fue desmantelado por dificultar el paso a los camiones y carros moyanos, reconstruido en 1993. Puerta de acceso a la calle Villanueva, antiguo camino de Rubielos y posible eje de expansión previo a la ampliación.
Dominada por la fachada de la ex-colegiata, y detrás, por el castillo, combina la arquitectura civil bajomediaval y renacentista ,casa rectoral, s. XVII, Su fuente, que data de principios de siglo, posee un elegante remate de hierro fundido.
Puerta flanqueada por sendas, torres unidas mediante un puente en su parte superior. El muro frontal que las une descansa sobre un arco rebajado, siendo de madera la base del puente.
Torre-puerta por la que se accede a la Plaza de las Monjas ( o del Mayorazgo), la cual debe su nombre al convento de las franciscanas que albergó el caserón de los Lopez Monteagudo, s. XVI, destacando su alero y la fachada de sillería.
Curiosa torre-puerta, muy modificada, data de 1380.
Muy transformada en la actualidad. comunica la villa vieja con la nueva.
Es un ejemplo de la arquitectura popular, destacan las Antiguas Escuelas y la capilla de nuestra señora de las nieves. Se accede através del Portal de Alcalá o de los Olmos.
Obra de cataría y manpostería, consta de dos arcos (uno ligeramente apuntado y otro rebajado) y un tamajar de sillería, sobre el que se ha restaurado el pilón del Milagro.